La Mujer Detrás de Bonzai

Mi historia

Mayra Stephanie cuano era niña con su ropa de bautismo: guantes, bonnet, traje blanco. Hay un arreglo de flores detrás de ella Mayra Stephanie juega con sus guantes mientras espera sentada. En Ponce, Puerto Rico.

Soy Mayra Stephanie, Fundadora de Bonzai Creative Media y Estratega de Comunicación.


Mi historia no empezó con un plan, sino con una escoba y un deseo enorme de aprender.

En cuarto grado comencé mi primer trabajo limpiando un pequeño negocio en las mañanas antes de ir a la escuela. No lo sabía entonces, pero ese trabajo me enseñó tres cosas que todavía definen mi vida: el valor del esfuerzo, el poder de la responsabilidad, y la satisfacción de ganarte algo con tus propias manos.

De niña a comunicadora

Mayra Stephanie. Es una mujer latina con cabello largo, está usando un jumpsuit azul, un blazer crema y sandalias de plataforma. Está posando frente a una fuente encendida muy bonita en Concord, California.

A los 11 años ya trabajaba casi todos los días, y nunca volví a detenerme. Trabajé de recepcionista, de niñera, de mesera, de tutora… De cualquier cosa que se te ocurra, ahí estaba yo aprendiendo y trabajando.


Aprendí a atender llamadas, hablar con adultos que subestimaban una voz joven, y proyectar seguridad incluso cuando no la sentía.


Esa habilidad de comunicar con claridad, con empatía y sin miedo, fue mi primera herramienta profesional.

¡Y después de eso no me volví a callar!

Librándome de malos jefes

Mayra Stephanie y su madre, sonríen candidamente en la Plaza de del Pueblo de Ponce, Puerto Rico.

A los 16 años ya llevaba años trabajando y, entendiendo el valor del esfuerzo y los sacrificios que esto conlleva, conseguí comprar mi primer carro juntando todos mis ahorros. Al sol de hoy, mi carrito de segunda mano, sigue siendo uno los logros que más ha impactado mi vida.

Ese mismo año tuve mi primer “Mal Jefe”. Uno de esos que nunca están en sus negocios y no tienen problema con estafar a una jovencita sin experiencia prometiéndole pagarle otro día que no llegaba… por más de 2 semanas… hasta tener que buscarlo debajo de las piedras… Ese tipo de “Mal Jefe”.

Yo había hecho un mal negocio al trabajar para este jefe y no sabía qué hacer. Mi madre en toda su sabiduría se sentó conmigo y me explicó que, si bien era mi responsabilidad hacer el trabajo para el que fui contratada y no salir corriendo cuando las cosas se ponían difíciles, era la responsabilidad del que fue mi jefe cumplir con su parte del trato. Aunque ahora parezca obvio, enterarme que podía escoger mi jefe, mi trabajo, mi entorno, que no tenía que simplemente adaptarme sin condiciones a mi trabajo… me voló la cabeza. De una sentada me enseño liderazgo y autonomía. Una genia que era mi vieja. Me mandaría a freír espárragos si me escuchara decirle vieja. Sorry, mami!

Cambio de rumbo

Fotografía de una fotografía de Mayra Stephanie y su madre en el cine el 7/11/2013 durante una salida a Time Out Ponce Towne en Ponce, Puerto Rico.

Vengo de una familia de comerciantes que sacaron la familia adelante con el sudor de sus frentes pero jamás imaginé que terminaría siguiéndole los pasos y fundaría un negocio, mucho menos tres.

En cualquier momento durante los primeros 22 años de mi vida si me preguntabas que qué quería ser cuando fuese grande te hubiese dicho que doctora. Fui a la universidad y me quemé las pestañas estudiando con el firme propósito de estudiar medicina. Luego, todo cambió. Tres meses antes de comenzar mi último año en la universidad mi héroe dejó de estar aquí y ese sueño de la niñez dejó de ser importante.

No tenerla aquí hizo que todo cambiara. Ella era mi mentora y mi guía y ahora tenía que empezar desde cero sin su presencia pero no sin su ayuda; nunca sin su ayuda y sus enseñanzas. No tenía un plan, solo una lista de responsabilidades y una firme intención de mantenerme en pie de guerra. Mis circunstancias no tienen dominio sobre mis ambiciones. En honor a mi madre, no había nada más que hacer que seguir hacia adelante y fallar para arriba si era necesario, pero jamás rendirme.

Trabajé, estudié, me preparé y superé mil pruebas. Cada vez que algo que pateaba, el Huracán María, los terremotos, la Pandemia, yo seguía escuchando a mi madre diciendo “Las hormigas en Francia caminan con elegancia” recordándome de levantar la cabeza y seguir levantándome.

Soy hija de mi madre. Durante esos años difíciles, cada pérdida me fue empujando hacia lo que soy hoy: una mujer que aprendió a convertir la incertidumbre en estrategia y el miedo en movimiento.

Bonzai

Muchas experiencias y oportunidades después, hoy lidero a Bonzai Creative Media con la misma fe con la que alguna vez barrí aquel primer piso: creyendo que cada esfuerzo, por pequeño que parezca, puede transformarlo todo. No desde la perfección, sino desde la experiencia; desde las veces que tuve que reinventarme, las veces que empecé sin saber cómo, pero con la certeza de que podía aprender en el camino.

Logo de Bonzai Creative Media, el negocio de Mayra Stephanie. Es un círculo color rosa y violeta en degradado con una letra 'b' minúscula seguido de un punto.

Bonzai no nació de un plan de negocios típico ni de un golpe de suerte. Nació de la necesidad de entender, de sanar y de demostrar que se puede construir algo hermoso con las manos llenas de tierra. Cada cliente, cada historia, cada estrategia que creo es un reflejo de ese recorrido.

Sigo aprendiendo, sigo creciendo y sigo consiguiendo que Bonzai impacte la vida de otros emprendedores tanto como transformó la mía. Porque para mí, comunicar con sabiduría no es solo una habilidad, es una forma de vivir: pensar como estratega, hablar como amiga y enseñar como educadora.

Ese es mi propósito, y mientras tenga voz, seguiré usándola para ayudar a otros a encontrar la suya.

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